28.3.09

SOBRE INDUMENTARIA

INTRODUCCIÓN

Si bien la indumentaria en Aragón es amplia y variada, desde los Pirineos hasta las sierras turolenses.
Y algunas zonas han conservado peculiaridades propias en su indumentaria como Hecho, Ansó, Alcañiz, Fraga, Gistaín etc.
Podríamos, generalizar que el traje en Aragón tiene unas premisas comunes tanto para la mujer como para el hombre.


LA MUJER:
En primer lugar se colocaría la camisa interior, sobre ella unas enaguas de tejido variado y adornadas en ocasiones con puntillas, calados, cintas…; en la mitad superior del cuerpo, una camisa corta de manga larga y diferente tipo de escote, que a veces se denomina “chambra”. Sobre la enagua, uno o varios refajos o faldas bajeras que darán volumen a la falda exterior; suelen decorar la parte baja con algún adorno y normalmente están realizadas en telas recias, como el paño o la estameña; presentan aberturas en los laterales para poder acceder a la “faldriquera” o monedero.

La falda exterior puede ser de muy variada calidad, dependiendo de las circunstancias: para diario o para fiesta, si es invierno o verano etc. Sobre ella llevarían delantal, a no ser que se tratase de fiesta o de un día especial. Encima de la camisa suelen lucir jubón de manga larga y habitualmente en tonos oscuros o un justillo sin mangas, si es verano, dejando asomar la camisa. En ocasiones o determinadas zonas el justillo suele sustituirse por un ceñidor.

Cubren los hombros con pañuelos, mantoncillos o mantones de muy diverso tamaño y calidad que se sujetaran también de las formas más diversas, pero siempre sin dejar grandes escotes y doblados en diagonal por el centro, formando tres picos.
Prendas complementarias son el pañuelo al cuello o a la cabeza, el bancal o mantilla para ir a misa y la toquilla de punto.
Las piernas se cubren con medias de los más diversos colores (azules, negras, blancas); en la segunda mitad del siglo XIX se extienden las de rayas. Como calzado, las alpargatas y las abarcas es el más usual, pero se dan también distintos tipos de zuecos y galochas según las comarcas. El Zapato se generalizara en el siglo XIX siendo su uso limitado a los días de fiesta.
Aunque existe gran variedad de moños a la hora de peinarse, como regla primordial se “escharriscara” el pelo, o lo que es lo mismo se estirara hacía atrás sin dejar ningún pelo suelto, ni flequillos: luego el moño se formara mediante trenzas que rara vez se deshacían, ya que rara vez el pelo se lavaba, siendo el método de limpieza, el pase sucesivamente de un peine.





EL HOMBRE
Lleva como prenda interior la camisa, que le servía a la vez de camisón. Los Zaragüelles o calzoncillos no aparecen hasta principios del siglo XIX como prenda de lujo y de fiesta; Los calzones llegan hasta debajo de la rodilla y siempre son ajustados, sin grandes aberturas en los laterales (incorporadas recientemente al traje).
Los pantalones largos se introducen en la indumentaria europea a raíz de la revolución francesa, pero en el mundo rural no es hasta el último cuarto del siglo XIX cuando se generaliza.
Sobre la camisa se viste chaleco, que variara en su confección según la época y el uso a que se destine, siempre llevando debajo la faja.
La faja ciñe al cuerpo por la cintura dándole varias vueltas. Suele se de estameña y en colores diversos (negra, azul, blanca, morada o verde), en el siglo XIX eran muy usuales con rayas verticales.
Su función es tanto la de sujetar el chaleco y los calzones como de proteger la zona lumbar, y además servia para guardar cosas como el pañuelo, la navaja, el dinero etc.

Las chaquetas son una evolución de otras prendas de los siglos XVI y XVII, como la casaca o la chupa: son cortas hasta la cintura y están confeccionadas en el mismo tejido que los calzones.
El calzado más propio del aragonés es la alpargata miñonera, que se caracteriza por una diminuta puntera y por tener cintas negras dispuestas de forma que cubrían todo el empeine. También se usaban zuecos, galochas, espardeñas, abarcas y otros tipos de alpargatas.
La cabeza iba siempre con un pañuelo cuadrado de calidad y colorido variado, que dependía esencialmente del gusto personal de cada individuo.
Sobre el pañuelo (cachirulo), podían colocarse un sombrero que si bien el más representativo es el de medio queso o denominado de Sastago, antiguamente era mucho más peculiar el de ala ancha.

Como prendas de abrigo, el aragonés lucia capa en días de fiesta o en ceremonias importantes y manta para los días cotidianos, siendo las más corrientes las de fondo crudo o pardo. También se usaba el tapabocas o especie de gran bufanda.
Otras especies de gabanes son más específicos de comarcas muy concretas.
La blusa o blusón aparece a mediados del siglo XIX siendo parte de la indumentaria obrera en zonas urbanas a las que ha llegado la industrialización, pero que será adoptada rápidamente en los ámbitos rurales dada su comodidad, utilidad y bajo precio, llegando a convertirse en prenda característica de comarcas como la de Alcañiz, donde se usa para muda.